Sabina Fluxá: Economia circular y turismo

La economía internacional ha funcionado demasiado tiempo con un modelo lineal que extraía recursos, los utilizaba y desechaba sin mayor consideración. El mundo científico lleva tiempo alertando sobre los riesgos de este comportamiento: los recursos son limitados y es imprescindible alargar su vida útil y gestionar de forma correcta los residuos que generan. 

A la vista del crecimiento esperado de población hasta 2050, Naciones Unidas nos advierte de que necesitaríamos tres planetas como la Tierra para mantener el modo de vida actual. Y como indica la Fundación Ellen MacArthur, referente internacional en circularidad, no podemos permitirnos la pérdida de recursos que esto implica, ni el aumento de precios de materias primas y fuentes de energía al que nos veríamos abocados en caso de no modificar sustancialmente el orden de las cosas.

La economía circular aumenta la seguridad en la cadena de suministros, asegura la reducción de insumos y materias primas, y logra el reaprovechamiento de los residuos producidos y la disminución de sus costes de gestión. Por ello, se convierte en una necesidad ecológica, institucionalmente reconocida. El Plan de Acción para la economía circular impulsado por la UE, o la Estrategia de Economía Circular de España 2030, publicada recientemente, constituyen excelentes ejemplo. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas hacen referencia explícita de esta preocupación en el ODS 12, consumo y producción sostenibles. Y la Unión Europea se ha dotado de una hoja de ruta, a través del Pacto Verde Europeo para impulsar el uso eficiente de los recursos mediante el paso a una economía limpia y circular. 

Pero la circularidad, además de necesidad, es también una oportunidad económica y laboral. El Foro Económico Mundial, la Comisión Europea y la Agencia Europea del Medio Ambiente, entre otros, coinciden en señalar que esta nueva economía dibujará líneas de negocio desconocidas hasta ahora, generará posibilidades empresariales y empleo en abundancia. Solo hasta 2030 se calcula que la orientación circular puede suponer un incremento adicional del 0,5 por ciento del PIB europeo y puede incorporar 700.000 puestos de trabajo al mercado del continente. La innovación y la tecnología serán dos palancas esenciales que nos permitirán avanzar hacia una economía circular. Poseemos el conocimiento y la creatividad y es la hora de ponerlas al servicio de esta causa. 

Todo ello anima los esfuerzos de Grupo Iberostar y nos impulsa, a su vez, a desear que muchos se sumen a ellos. La economía circular está en la esencia de nuestra estrategia de negocio y de nuestra visión del turismo responsable y la hemos incorporado como pilar de nuestra Agenda 2030:

  • Grupo Iberostar es ya una empresa completamente libre de plásticos de un solo uso, hasta donde lo permite la legislación vigente. En 2025 esperamos estar libres de los residuos destinados a un vertedero. El sector turístico ha marcado de forma global el objetivo de ser neutral en emisiones en 2050: nuestra aspiración es lograrlo en 2030. Deseamos, además, ser capaces de cuantificar el efecto positivo del turismo sobre nuestras costas, trabajando con responsabilidad y guiados por la ciencia. Hemos sido pioneros en su protección y en el cuidado de los océanos a través del movimiento Wave of Change y queremos seguir avanzando, con prudencia, pero con ambición. 

Sabemos que hasta la más larga caminata comienza por un pequeño paso. Avanzamos con prisa y sin pausa, con compromiso y sin miedo, porque lo que nos jugamos es mucho y porque deseamos que, cuando las futuras generaciones miren hacia atrás vean nuestros esfuerzos y tomen con orgullo el testigo de cuidar el entorno que nos acoge y a las personas que lo habitan.  

Publicado por: Sabina Fluxá Thienemann - Vice-Chairman & CEO at Iberostar Group


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